martes, 29 de marzo de 2011

GT Torre Este / ArchitectenConsort

© ArchitectenConsort
Arquitectos: ArchitectenConsort
Ubicación: Seocho-dong, Seocho-gu, Seúl, Corea del Sur
Arquitectos del proyecto: Peter Couwenbergh / Edgar Bosman
Equipo: Steven Spanjersberg / Kitaek Lim
Equipo de diseño: Hankil Architects & Engineers, Seúl, Corea del Sur
Superficie edificio: 54853 m2
Superficie terreno: 4033 m2
Altura del edificio: 130 m
Fecha: 2007 – 2011


En Seúl, Corea del Sur, se ha inaugurado la renombrada GT Torre Este. Diseñada por la oficina holandesa ArchitectenConsort, ubicada en Roterdam, la GT Torre Este formará una unidad arquitectónica con la GT Torre Oeste, todavía por construir. Con su elegante fachada de vidrio ondulante, el nuevo rascacielos trae un fascinante cambio a la arquitectura angular de la capital coreana.
© ArchitectenConsort
La forma y posicionamiento del edificio de 130 metros de altura son el resultado impresionante de la visión de los arquitectos Peter Couwnbergh y Edgar Bosman de ArchitectenConsort. Ellos eligieron una terminación uniforme de vidrio para la fachada, la cual ha resultado en una forma pura y orgánica. El movimiento ondulante de las fachadas entrega un cambio óptico cuando se pasa a por al lado del edificio. Combinado con la reflexión de la luz en el vidrio, esto da al edificio una apariencia especial e icónica. Esta apariencia dinámica de la GT Torre Este es reforzada por la vista del edificio, que parece estar lléndose abajo hacia la calle. Como si el edificio hubiese salido de los suelos coreanos y luego crecido en un movimiento de danza hasta el infinito del cielo.
© ArchitectenConsort
Listo para un futuro sustentable
Dentro de sus 54.000 m2, la GT Torre Este alcanza un amplio rango de propósitos.
Además del espacio de oficinas funcional, existe espacio para usos comerciales y culturales, así como estacionamientos. ArchitecturalConsort utilizó una planta base flexible, respondiendo a la creciente demanda de edificios que mantengan su valor en el tiempo. Los arquitectos alcanzaron esta capacidad altamente adaptativa  completamente sin comprometer el diseño, y grandes espacios se crearon para permitir al edificio alojar una variedad de usos en el futuro. Muchas medidas de sustentabilidad fueron integradas en el diseño, incluyendo una fachada bien aislada, la instalación de paneles solares para la generación de energía, y mucha luz y ventilación natural para crear un ambiente de trabajo placentero.
© ArchitectenConsort
Estudio de la fachada vidriada con movimiento de onda
Los arquitectos cargaron consigo una investigación preliminar en la construcción de la fachada de vidrio y el efecto de movimiento de onda. El efecto de movimiento del volumen ha sido alcanzado al girar la superficie de los pisos en torno a una de las dos diagonales hasta un máximo de tres metros. Este giro ocurre dos y media veces a lo largo de la altura del edificio, por lo que cada onda tiene 48 metros. La ventaja de este diseño es que las columnas están ubicadas justo una sobre otra y el voladizo puede ser alcanzado sólo con el refuerzo dentro de las mismas dimensiones de losa. Adicionalmente, la construcción de la fachada puede ser completada sin ninguna unión, ya que todas las fachadas se mueven en paralelo. Para no romper las líneas verticales de la fachada, interrumpiendo con segmentos horizontales, los arquitectos comprimieron los  cielos hacia la fachada exterior al tamaño de un marco de ventana. Utilizando este método, se evita la instalación de paneles de vidrio opaco o fijo, lo que beneficia tanto al interior como también la apariencia exterior. El patrón y dimensionamiento elegido para los marcos de ventana verticales asegura un sutil equilibrio con los paneles de vidrio azul semi-reflectante. Los marcos de ventana además acentúan la forma, enfatizando el infinito movimiento hacia arriba.
© ArchitectenConsort
Área de acceso e interior
En contraste con los edificios circundantes, la GT Torre Este ha sido retranqueado de la línea del edificio. De esta forma, los diseñadores pudieron crear un nuevo espacio urbano, que es utilizado bajo el nivel de la calle para la construcción de un atractivo sector exterior sumergido. Esta, también llamada “plaza enterrada”, entrega a los visitantes una protección del viento y del ruido de la calle, y es un ambienta placentero para relajarse, con acceso a tiendas y restaurantes. En el área de acceso, en el nivel de la calle, el juego vertical de líneas de la torre es cortado por una marquesina y devuelve la escala humana. Junto con el alto grado de transparencia, esto hacia que la entrada sea muy accesible. La percepción es mejorada por las piedras naturales en la vereda, las que continúan dentro del lobby en un patrón de franjas. El diseño de ArchitectenConsort es también reconocible en el interior. El lobby central y el lobby comercial tienen su propio carácter individual, pero están indiscutiblemente conectados. La luz directa e indirecta es utilizada para enfatizar la experiencia de los variados usos del edificio. En el interior, los juegos de luz tienen un rol importante, no sólo como fuente de iluminación, sino que también como elementos decorativos.

Estudio en Malasaña / Brijuni Arquitectos

© Miguel de Guzmán
Arquitectos: Brijuni Arquitectos / Beatriz Villanueva Cajide + Francisco Javier Casas Cobo
Ubicación: Malasaña, Madrid, España
Colaboradores del proyecto: Juan Carlos Domínguez Sánchez (arquitecto técnico), Beatriz Gutiérrez Miguélez (arquitecto), Rebeca Vallecillo Villar (arquitecto) y Jack Babiloni (artista)
Contratista: Luís Beltrán Cárdenas / Construcciones Beltrán Cárdenas
Electricistas: Juan Carlos y Emilio Armenteros
Carpinteros metálicos: Salvador Torres Cano
Fotografías: Imagen Subliminal / Miguel de Guzmán


Situado en el céntrico y singular barrio de Malasaña, degradado por infinitas obras y el vandalismo grafitero constante, la reforma de este local, una antigua carpintería metálica, busca abrirse al que también es uno de los rincones con mayor encanto de Madrid y, al mismo tiempo, mostrar los tesoros escondidos en la arquitectura de los edificios de la zona.
© Miguel de Guzmán
Dos grandes ventanales reclaman la luz y muestran el interior, la nueva vida de este espacio antes oscuro, sucio, casi clandestino; ahora alegre y extrovertido, renunciando a la absurda intimidad que proporcionan los vidrios al ácido, recordando así las agradabilísimas oficinas centroeuropeas a pie de calle, como aquellas que envidiábamos cuando vivíamos en Rotterdam. El vidrio de seguridad de la fachada a calle evita el uso de cerramientos exteriores y elementos que contribuyen al afeamiento de la zona y no se integran fácilmente con la decimonónica arquitectura tradicional del distrito centro. Al estar la fachada del edificio protegida, las carpinterías se eligen de madera y se pintan en blanco para igualarse con las de los vecinos de pisos superiores. La fachada posterior también se abre al pequeño patio trasero donde unas losetas de caucho reciclado y un metracilato perimetral con un motivo floral repetitivo adecentan un espacio residual y lo convierten en pequeña zona de descanso.
© Miguel de Guzmán
Ya en el interior, en una primera fase se limpia el local, se eliminan los acabados de paredes, techos y elementos estructurales para estudiar su estado y potencial. Con objeto de poner en relieve la arquitectura original del local se decide conservar todos aquellos elementos cuyo estado es aceptable. Se limita el enfoscado al sótano debido a la humedad que presentan sus paramentos y el recubrimiento con pladur a los muros más estropeados de la zona de oficina superior. El techo presenta mal estado de conservación, lo que nos obliga a cubrirlo con un falso techo que ocultará el cableado de la iluminación superior. Sobre el suelo de baldosas de terrazo, muy deteriorado debido al anterior uso del local, se dispone un mínimo suelo técnico que se acabará en resina de color verde ácido, color que, combinado con el blanco, será el que marque la presencia de elementos nuevos.
© Miguel de Guzmán
Sobre los paramentos y elementos estructurales que aún permanecen visibles se aplica un tratamiento de protección que subraya su presencia frente a aquellos que se decide ocultar. La única excepción a esta regla la constituye la columna central de hierro que se pinta en verde ácido, uno de los colores de los elementos nuevos, para unificarla con el suelo y destacarla como elemento característico presente en un gran número de locales del barrio.
A pesar de que algunos paramentos no podían permanecer vistos por su mal estado, se cubren sólo las partes que están en contacto con los usuarios, de modo que el acabado original asoma por encima del pladur devolviéndonos la memoria constructiva de la identidad del edificio original. Así ocurre en las paredes laterales cubiertas por pladur blanco y en las que limitan las zonas húmedas [aseo y office] que se sitúan al fondo del local sobre el pladur pistacho.
© Miguel de Guzmán
En el mobiliario hecho a medida se busca la integración total con la reforma; se concibe como una extensión de la pared en la que se sitúa, apareciendo prácticamente como una prolongación de sus paramentos. Para conseguirlo se ha pintado en el mismo color de la pared y se ha fabricado de su misma altura. En el caso del aseo, además, se aprovecha el hueco de una antigua puerta, ya en desuso, que unía el local con otro sótano del edificio.
© Miguel de Guzmán
Bajando al sótano realizamos la misma operación en los armarios laterales, que llegan únicamente al límite del muro, dejando libre la bóveda en toda su longitud, lienzo blanco ideal para la intervención del artista Jack Babiloni que ante nuestro sugerencia de una pintura mayoritariamente monocroma reaccionó con una propuesta cuyo resultado “alto en trementina, ex profeso y ad hoc titulado Brijuni es un paisaje mental” según sus propias palabras, nos gusta especialmente y nos emociona y protege en cada reunión que mantenemos abajo. Los armarios y zonas de archivo aparecen tras puertas correderas transparentes de metacrilato retroiluminado para no estrechar el espacio visualmente.
plantas
El aseo, en la planta superior, se oculta con un vinilo de motivos vegetales que juega con la transparencia para disimular las partes más necesitadas de intimidad mientras que en la planta inferior, donde la intimidad no es mandatoria, son transparentes, dejando a la vista el juego de colores que los libros y carpetas de los armarios establecen en su interior.
Armarios, aseo y cocina se sitúan en las paredes del local, dejando libre un gran espacio central tanto en la planta baja como en el sótano. Para no interrumpir su fluidez se seleccionan unos muebles sencillos, ligeros y cuyos colores sintonicen con los elegidos para los elementos estructurales, en una configuración flexible que cambia según las necesidades del estudio.
corte 1
El resto de elementos tales como lámparas, estores, instalaciones de aire acondicionado o eléctricas se dejan vistos, evitando rozas o cortineros para mostrar cómo es la unión de cada uno de los elementos con la estructura original. Al igual que los muebles, todo se trata como piezas colocadas en un espacio que, de este modo, se convierte en el auténtico protagonista.